Rusia ha anunciado recientemente su decisión de suspender unilateralmente el tratado de libre circulación y reconocimiento mutuo de medicamentos veterinarios entre los países de la Unión Económica Euroasiática (EAEU) hasta que entren en vigor las normas unificadas de registro, inspección y venta de medicamentos veterinarios. Esta medida ha tenido un impacto considerable en la industria farmacéutica y veterinaria. Anteriormente, el registro de medicamentos veterinarios en otros países de la EAEU, como Kazajistán y Belarús, permitía a los fabricantes, incluidos varios españoles, acceder al mercado ruso.

La diferencia fundamental radica en los requisitos de certificación. Mientras que países como Kazajistán y Bielorrusia aceptan el certificado GMP europeo como válido, Rusia exige que los fabricantes pasen la inspección GMP de las autoridades rusas. Esta disparidad en los estándares ha generado descontento en Rusia. El país busca proteger su mercado y garantizar que los medicamentos veterinarios cumplan con sus normas de calidad y seguridad.

Medidas proteccionistas de Rusia

Antes de la suspensión del tratado, Rusia ya había expresado su preocupación mediante la conocida black list. Durante el período entre 2017 y 2021, esta lista restringió el acceso al mercado ruso para aproximadamente 700 medicamentos veterinarios. Sin embargo, las medidas actuales van más allá y se están tomando a nivel legislativo. Además de la suspensión de venta de medicamentos registrados en otros países de la EAEU, se ha emitido la Orden de Rosselkhoznadzor Nº 282, que establece la suspensión de la venta de medicamentos veterinarios para los cuales se ha denegado el certificado GMP ruso.

Estas acciones señalan la importancia de la armonización de las normativas en el ámbito de la industria veterinaria en la región de la EAEU. A medida que se implementen normas unificadas y se resuelvan las diferencias en los estándares de certificación, se espera que la circulación de medicamentos veterinarios entre los países miembros de la EAEU sea más fluida y que se promueva un mercado común en la industria. Sin embargo, hasta que esto ocurra, los fabricantes y empresas del sector deberán adaptarse a las nuevas regulaciones y requisitos para seguir operando en el mercado ruso de medicamentos veterinarios.